Por: Lic. Graciela Porto
¿Qué es la desregulación emocional?
Se trata de la expresión impulsiva y excesiva de nuestras emociones. En otras palabras, es una explosión o crisis emocional fuera de proporción en relación a lo que está pasando o que sucede en momentos inapropiados.
¿Cómo nos podemos sentir durante la crisis?
La sensación que tenemos es la de estar fuera de control. Es como estar en un trance hipnótico. Decimos y hacemos cosas de las que después nos terminamos arrepintiendo. El pensamiento está distorsionado.
¿Cómo nos sentimos después?
Generalmente hay una sensación de agotamiento y de profunda vergüenza.
¿Qué consecuencias negativas tiene la desregulación emocional?
En primer lugar, este tipo de comportamientos daña nuestra autoestima. Asimismo, hace que las personas se alejen o no nos tengan confianza.
¿Cuál es la causa?
Cuando somos bebés no podemos regular nuestras emociones. Necesitamos de un cuidador dispuesto a calmarnos. Esto se llama coregulación e implica que el cuidador nos ayude a entender lo que nos está pasando, a nombrar nuestras emociones, a validarlas y a salir de esa situación. Con el tiempo el niño internaliza esta habilidad.
Cuando el adulto no tiene la capacidad de autoregularse no podrá asistir al niño y enseñarle cómo lidiar con sus emociones.
¿Es posible prevenir las crisis?
Sí, es posible pero requiere de mucha práctica. Lo que debemos lograr es posponer la expresión emocional. No se trata de reprimir nuestras emociones sino de estar en calma para poder expresarlas de una forma adecuada. Es importante mantener el avión en la tierra, debemos evitar que despegue. Es muy difícil controlar las emociones cuando estas ya se vuelven intensas.
La práctica de la autoobservación o del mindfulness puede ayudarnos a poder detectar ese momento cuando nos empezamos a sentir inundados por las emociones. Es necesario tener conciencia de lo que nos está pasando. En ese momento, el diálogo interno puede ser de vital importancia. Decirnos a nosotros mismos “Estoy teniendo una reacción emocional” puede ser el primer paso para empezar a desactivar la bomba.
Es importante crear un espacio para poder ver la situación desde otra perspectiva. Algunas estrategias que pueden ayudar son:
1-escribir
2-respirar profundamente llevando el aire al abdomen
3-hacer algo físico (dar una vuelta, subir y bajar una escalera, etc.)
4-tomar agua
5-darse una ducha, lavarse la cara, las manos.